domingo, 17 de junio de 2012

Allí donde nada sucede.


Perfil del egresado
• El conocimiento de la realidad social y su estructura; ámbito en el que existen tendencias propias de naturaleza humana, las que se manifiestan en los fenómenos políticos y sociales.
• La comprensión del Hombre como tal, como único sujeto capaz de alcanzar la libertad, valor y dignidad que le confiere su propia humanidad, y que además significa una búsqueda constante y continúa de su trascendencia.
• La capacidad de servir a su patria y a sus semejantes, con honestidad, idoneidad y conciencia nacional, para forjar sociedades y políticas cada vez menos imperfectas que están al servicio del hombre.
• La capacidad técnica para concebir, planificar y ejecutar políticas gubernamentales.
• La aptitud de docencia e investigación en su especialidad.


Evidentemente son solo algunos ítems, que percibe el perfil del politólogo recibido en la UNLaR.
Nos conlleva a una autocrítica a nuestra carrera que solo nos cientifiza al modelo funcional del mercado electoral. Pues es así, ese apático científico que solo prospera en una universidad que no quiere cambiar, en una universidad que no permite la participación de otras listas que no tengan que ver con el modelo oficial y obsecuente que ha ganado alto prestigio en materia de mantenimiento y prosperidad, pero ¿a costa de que? A costa de un eterno arrodillamiento al poder político de turno. En donde el rector hace ya mas de 15 años que sigue en su puesto, debe ser una de las pocas universidades del país en la que el rector no ha abandonado su banca en tanto tiempo. El pragmatismo con la que se maneja la universidad es tan grotesco y poco sutil. En donde carreras como a las nuestra se las adoctrina con el carácter de CIENTIFICO POLITICO, que no es mas que ser aislado de la realidad que estudia fenómenos polticos y que muestras mediante encuestas y las cuantifica , da resultados quizás certeros pero no abarcativos ni profundos. Pero en donde queda el poder de la transcendencia y el cambio , las esperanzas de cambiar una realidad que minuciosamente intenta destruirse al correr de las materias aprobadas.
Pues nuestra responsabilidad por tratar de convertir a esta universidad en un lugar donde prospere el espíritu del cambio es aun mayor que cualquier otra carrera, pero cual es nuestro rol. En donde el centro de estudiantes ha sido una sola lista, y donde la permanencia del mismo requiere una cuestión cuasi conyugal con la administración de la universidad, en donde las becas siguen el modelo corruptivo de unos pseudo planes sociales, pero ni hay que olvidar que las becas no las da ni el centro de estudiantes , ni la administración de la universidad.
Es asi como se construye un poder ceguero, y una carrera apática que solo aprende a entender el cambio como una realidad ajena a estos. Pues transcurre el tiempo y mientras muchos acumulan poder en sus bancas y otros son sanguijuelas , los alumnos solo ven a la universidad como una fabrica de hacer títulos y una maquina para insertarse en un mundo laboral, en vez de construir nuevas regla y dejar una huella que le devuelva a la universidad un espíritu de libertad , lucha y contrapeso , un medio de presión para que los detententores del poder económico y político ejerzan sus cargos con altura, y no ser números que avalen el depostismo de otros. 


Bel.-

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