Macias Mayco Alejandro. Ibañez Luis Alejandro
Prefacios
“El poder es, en su principio, poder de
libertad, y esa libertad es una libertad para la felicidad, una libertad para
la felicidad mediante la razón. Así todo poder, para ser político, debe ser
ante todo, justo. Para Locke como para Kant, el problema del poder se reduce a
un problema moral…” (Jean, Touchard. Historia de las Ideas Políticas [aludiendo a la noción de
Poder en Jhon Locke]
Edit. Tecnos Madrid)
“Cuando en cualquier organización la
oligarquía, ha alcanzado un estado avanzado de desarrollo, los líderes
comienzan a identificarse consigo mismo y toman fuerza, no sólo las
instituciones partidarias, sino también la propiedad del partido. Este fenómeno
es común tanto en el partido como en el Estado”
(Robert, Michels
en Los partidos políticos. Un estudio sociológico de las tendencias
oligárquicas de la democracia moderna citado por Eric Hobsbawn en Historia del
Siglo XX)
“… Según la concepción materialista de la historia, el
factor que en última instancia determina
la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Marx ni yo
hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el
factor económico es el único determinante,
convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda.” (Engels,
Friedrich. Carta a
José Boch, Londres, 21- [22] de setiembre de 1890; facilitada por el Programa
latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales. En Problemas
Contemporáneos de la Teoría Marxista. Centro de Cooperación Cultural Floreal
Gorini)
Introducción
Al
tratar las estructuras políticas, se nos hizo imprescriptible usar el paraguas
de los ismos en las lluvias de las corrientes
políticas. No buscamos ningún refugio intelectual empero sino la reflexión.
Dicho de otro modo, consideramos que no hay ni un átomo de verdad en la
expresión francesa tout comprendre c´est
tout pardonner (comprende todo pero perdona todo) si fuera por ello, nunca
lograremos emitir un juicio, verbigracia época de colonización americana.
En las visiones que acuñan al fenómeno poder, según los contenidos del enfoque elitista, pluralista y
marxista, encontraremos los albores del Estado, de la Sociedad Civil o Comunidad,
del Individuo o el Hombre hasta la Democracia. Si bien, no abordaremos este
trabajo con extensión, entendemos que, ante cualquier cambio en la balanza o un
simple hincapié, logra dar otra vuelta de tuerca más a la Historia. Pudiendo abrir
las puertas, a doctrinas de alto voltaje. En donde el zoon politikon de Aristóteles, el príncipe de Maquiavelo, el leviathan
de Hobbes, el superhombre de
Nietzsche, el dasein de Heidegger a
modo de ejemplos. Son en el día de hoy, en el Hombre Contemporáneo, influjos que
rescatan pero muchas veces hunden a la dignidad humana. Hoy, el mundo está
plagado de “buenas intenciones”.
I
Interpretar
es la cuestión.
Al estilo de Shakespeare. La cuestión es ser o no ser. Un fantasma se cierne sobre Europa. Y no
es Hamlet, es el Comunismo. ¿Los Europeos podrían seguir temiéndole al fantasma
de Marx? ¿Los indignados, ya no le temen? ¿Por qué? otro tema, comencemos con
el nuestro. Siguiendo, con el mismo telón de fondo, en el teatro leímos: La historia
de humanidad –alude Mosca- es el cementerio de elites, de esta manera,
podemos presentar en el escenario… al elitismo. Montegro pasa revista en
Latinoamérica, de un modo similar: [1]Las revoluciones políticas sólo significan
que el poder político, pasa de una clase a otra, igualmente dominadora, pero
dejan intacto el hecho de que siempre, habrá una clase dominada o explotada
(Corona Española a Criollos pero la situación de los Pueblos Originarios ha
subsistido, en la servidumbre). Hasta
ahora. Las castas que preferentemente han sido hereditarias (en la mayoría de
los países) hoy no lo son. Estas woeiwodi (Jefes de las Tribus), minorías, clases dominadoras o castas
ambiciosas de poder, se han formulado mediante un estado de derecho transformándose en un estado de hecho. Debido a que, [2]todas
las fuerzas políticas poseen la cualidad
de la inercia; es decir, la tendencia a permanecer en el punto y en el estado
en que se encuentran, sin embargo, han tenido diferentes composiciones
moleculares dependiendo de las influencias filosóficas, teológicas, económicas
y culturales de la historia. Esta
óptica del fenómeno poder, es poco
parecida a la ley de hierros de los
salarios de Ricardo (denominada así por Lasalle) y es una obviedad que es
mimética la ley de hierro de la oligarquía
de Michels. Lo
antes dicho, ha nuestro parecer, constituye el núcleo de su interpretación del poder. Sin embargo, según la nota de pie
de página y para tristeza del propio Mosca, han predominado en la historia las fuerzas renovadoras de la sociedad; esa mayoría,
que él menciona cerca de cuatro veces, se diferencia de la minoría enunciándola diez veces.
Cerrando
momentáneamente la primera actuación de Mosca, y a fin, de darle lugar a Dahl, ya que tiene muchos guiones, continuemos. Esos
guiones (complejos) que nos trae, son sobre una teoría de democracia, si
bien se reserva la idea de democracia buscará un modelo posible, al que nunca
se puede aspirar en su totalidad. Centrándose en dos análisis. Uno que se
refiere a la teoría mandisoniana y otro a la
[3]populista.
Con dos metodologías. Una descriptiva en
donde se hará un llamamiento a la republica no tiránica (recordar a
Montesquieu) y otra maximizadora que persiga la igualdad política y la
soberanía popular. Aquí nos podemos
detener en la primera noción. En el federalista se proclama, que “todo poder del
gobierno en proyecto, estará en manos de los representantes del pueblo. Ya que
estos serán objetos de dependencia en torno a las elecciones populares. Hacer
que los representantes dependan por completo del pueblo, es seguridad…” que es asequible en la Sociedad
Civil. En torno a, los grados de
autonomía de los grupos (estilizados) con sus respectivas discrepancias y que, previamente
han aceptado la magnitud del acuerdo (consenso), es decir, las normas de una [4]democracia poliárquica o posible democracia se
hará indispensable contar con esta teoría.
Si esta autonomía se cumple, en palabras de Dahl constituirá un freno importante a la capacidad de cualquier mayoría
para controlar la política gubernamental. Presta aquí, en el mundo real, ya no requisitos constitucionales
madisonianos, sino requisitos de orden social.
Argumentando
que se nos enseña la necesidad de los
pesos y contrapesos constitucionales, depositando muy poca fe en los sociales. Por ello, aquí el foco propuesto por
Dahl se abre un poco más que el de Mosca. Importándole estos grupos que han de
manejarse tanto en la minoría como en la mayoría con su respectiva vocación a
la libertad.
Para
muchos hace falta ponerse de pie, y para muchos más, no… entra ¡Karl Marx! al
escenario con un Manifiesto Comunista bajo
el brazo (izquierdo). Ante el tenor de las dos teorías antes expuestas, viene
Marx a desafinar. En 1851 en el Congreso
de Comunistas en Paris dice: “Señores, yo no soy un marxista” (en el sentido de
serlo fanáticamente). Previamente recordemos a Monnerot cuando afirma
que el ahondamiento de la postura
contrarrevolucionaria… se convierte en una postura revolucionaria.
Marx parece agregar leña
al fuego político dándose cuenta que, ya en la Grecia Antigua, ardía candentemente
la ley del más fuerte sobre el más débil. Prestamos de ejemplo. Aristóteles
dijo, el esclavo es al amo, lo que el
cuerpo es al alma en su libro Ética a
Nicomaco. Este Marx, sopla con fuerza en la Sociedad separando [5]cada vez más abiertamente, en dos grandes
campos enemigos, en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el
proletariado.
Su
desafinación pondera cuando, señala que toda la historia de la sociedad humana es la historia de la lucha de clases.
¿Y qué paso con las elites? Pregunta Mosca. ¿Podremos buscarle al soviético
una democracia en que no tenga que elegir entre guerra nuclear y guerra? Pregunta
Dahl. Marx atinado, responde: [6]La
Sociedad Civil o clase burguesa - el término alemán empleado, burgerliche Gesellschaft- ha expoliado los medios de producción y de transporte del proletariado, llevándose consigo el régimen feudal implantando un régimen económico y aquí a Engels
aclarará. En el Prólogo de la Edición Alemana de 1883. Sienta que la idea central de Marx, que la idea que
inspiró al Manifiesto, fue y será: el régimen
económico de la producción y la estructuración social que de él se deriva
necesariamente en cada época histórica, constituye la base sobre la cual se
asienta la historia política e intelectual de esa época, y que, por tanto, toda
la historia de la sociedad --una vez disuelto el primitivo régimen de comunidad
del suelo-- es una historia de luchas de clases, de luchas entre clases
explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, a tono con las diferentes
fases del proceso social.
Lo que creíamos ver… el fuego político, resultó ser el fuego económico. La
óptica marxista si bien no se fijará por el carácter étnico - aclaramos por
Fichte, recordar los Discursos a la
Nación Alemana, 1808-, plantará su bandera en el carácter económico. Aquí
está el poder; en quien tenga el
monopolio de los [7]Medios
de Producción, Burgués del Capital y de la Maquina. Aclarándole a Mosca que por consiguiente, lo que la burguesía
produce, más que nada, es sus propios sepultureros. La caída de la burguesía y
la victoria del proletariado son igualmente inevitables. De este modo, Marx se despedirá, diciéndonos, justo
cuando se apagan las luces: ¡Proletariados
de todos los Países, uníos!
II
El
aumento óptico en torno al Poder, aquí se encuentran las diferencias.
Expusimos hasta ahora los tres ismos. Dejando en claro que el globo del fenómeno del poder, lo
observan desde visiones antitéticas (y aquí cerramos las puertas del teatro). En cuanto a las diferencias, nos centramos en
el desarrollo de las más destacables.
Mosca nos señala.
Que en las sociedades antiguas existió un rasgo militar (valor militar)
cualidad que les permitió el fácil acceso
a la clase política o dirigente. Estos, desarrollaron aptitudes
militares que se diferenciaran de las que no, pudiendo tener en cuenta, en
algunos casos el sesgo racial. Nos presenta de ejemplo. El Imperio Romano con
respecto a los pueblos germánicos o barbaros.
Acontece su predominio en tanto, a una segunda clase a mencionar: en el
que tendrá una característica esencial que es que sea pasiva (o agrícola). Destacando
así, la fisonomía militar. En este hito, que a nuestro parecer, es destacable
en el repertorio de las dos teorías restantes. Nos quedan aun dos aporías más a
dilucidar. A) Que en aquellas sociedades donde los credos religiosos toman preponderancia,
se constituye una [8]aristocracia sacerdotal o jerarquía
eclesiástica. B) Estas mismas se
precipitaron al monopolio de los conocimientos aboliendo su difusión y
dificultando su aprendizaje, es decir, a una asimetría intelectual. Empero se
destacó la Jerarquía Administrativa. Traemos su ejemplo, a fin de facilitar el
entendimiento. En el antiguo Egipto la
profesión de escriba conducía a los cargos públicos y al poder, tal vez también
porque aprender la escritura jeroglífica requería largos y pacientes estudios.
Si
bien en nuestro abordaje sobre el pluralismo, pasamos a lo concreto, entendemos
que nos reservamos muchas nociones de la
teoría de Dahl ya que nos podrían evacuar el trabajo. Con estas breves
palabras, podremos comenzar. Por un lado, presta una gran antología a la democracia posible según un entramado y
particular juego de reglas, reiteramos, en una poliarquía. Mientras que los dos restantes autores, dejan pasajes oscuros
o ambiguos en torno a la democracia… Dahl
nos quiere hacer perseguir soberanía popular e igualdad política. Por otra, exalta mediante los dos métodos -antes
mencionados- las directrices se llevarían a cabo en el flujo de los grupos
autónomos. En un pasaje de Poliarquía nos revela que es más probable que exista cierta
relación entre el grado de poliarquía y las estructuras de personalidad de los
miembros de una organización; hablamos de los tipos de personalidad de tipos
autoritarios y democráticos. En el que cabe preguntarse, ¿estamos a un paso
del carisma político en Max Weber? Respuesta rotunda, no. Estamos más cerca de entender con cabalidad los
consensos de la poliarquía, porque no existe una correlación elevada entre poliarquía y ausencia o presencia
relativa de ciertos tipos de personalidad. Estos tipos de personalidad, en
cambio, son remarcados a grandes rasgos
por un condicionante económico en Marx o por un condicionante jerárquico en
Mosca.
Llamando Dahl a Schumpeter. Busca dilucidar que mina o
abolida al gobierno, los intentos de
introducir la teoría económica.
Explicando que cualquier agente, tiene un motivo privado en su función social.
Entendamos juntos. Que él entiende por gobierno
según la nota de pie de página: al arribo de un partido político al gobierno más que un salto a una
institución. Es decir, que persiguen sus propios fines (por ejemplo, deseo de
sueldo) antes que su función social. Argumentando fines privados como la
obtención de la renta, de prestigio o de poder. Aclaramos que, él busca
enmendar con su modelo lo antes mencionado y los dos restantes no se sientan
explícitamente en la idea de gobierno
pero si cabe una similitud en los fines
privados. Para ir cerrando, ya que el trabajo nos pide brevedad. En un
tejido intelectual no logramos dilucidar con claridad lo económico en Dahl pero
si en Marx y en Mosca. Entre Mosca y Marx el cuño económico o riqueza es
demasiado claro, los dos en una especie de dualidad, están apuntando al mismo
objetivo, uno con más énfasis que el otro.
Sin embargo, el poder dominante en las elites o el poder opresor de los burgueses. Aquí nos centramos en su peso
político y su funcionalidad. En Dahl estos factores determinantes no salen a la
luz, confiando en los grupos autónomos, su búsqueda a las alternativas (series)
democráticas, en síntesis, la búsqueda de la poliarquía.
III
Similitudes
o vínculos (aparentemente no estrictos o escrupulosos) en Mosca, Dahl y Marx.
Cabe hacerse
una pregunta disparadora y ambigua, a la vez, con el fin de lograr desentrañar
la complejidad teórica del abordaje propuesto – mera intencionalidad, consta
que el que avisa no traiciona- nos cuestionamos: ¿De qué manera pueden llegar a
establecerse vínculos entre Mosca, Dahl y Marx ante el poder? Recorriendo desde atrás para delante. El Marx Ideológico o
Joven, según Althusser, anterior al Científico del Capital. Este vino encargado
por la Liga de Los Comunistas publicándose en febrero de 1848 las directrices
de actuación del Partido. Seguro que ese Marx Ideológico que había leído a la Fenomenología del Espíritu de Hegel,
entendía muy bien al Amo y al Esclavo. En este punto, el materialismo
dialectico encontraba su cuna. Superponiéndolo en Burgués (tesis) y
Proletariado (antítesis) en todo esto, la contradicción de clases eran dos
abismos antagónicos en los que se buscaba lograr una nueva sociedad, sin clases,
sin propiedad y sin estado (síntesis) a manos de la [9]revolución.
Jospeh Cropsey nos explica con un estilo florista. [10]El
grano es la afirmación (“o tesis”), la planta es la negación (“o antítesis”) y
la flor es la negación de la negación (“o síntesis”). Armando las brevedades de
modo sintáctico, demos un paso adelante (y no dos atrás como Lennin).
Volviendo a
indagar. ¿Están en igualdad de condiciones históricas Marx, Dahl y Mosca?
Evidentemente no. Los espíritus de los tiempos de Marx son diferentes a los dos
restantes, por casi un siglo completo. Marx es heredero de un siglo de
revoluciones y los otros restantes campean
un siglo lleno de guerras. Nos puede dar a entender a grandes rasgos que
son, visiones antitéticas, sin embargo, lograremos demostrar la existencia de dicotomías en los engranajes
teóricos.
[11]Pero, ¿no se habrán defraudado (al
menos un poco) los compañeros de la Liga de Comunistas ante tamaños elogios, dialecticos, hacia la burguesía?
Imaginen brevemente a los militantes de la Liga mirando las pruebas de imprenta
de las primeras páginas del Manifiesto y
preguntándose ¿Qué le pasa al compañero Marx con la burguesía? ¿Por qué le
dedica tanto espacio? ¿No le encargamos un manifiesto comunista? Esto parece un
manifiesto burgués. No buscamos naufragar en su intencionalidad, de que si pudo
o no, beneficiar al burgués, nos
parece exacerbado pero atinado. Pero ello nos da pie a indagar el primer
vínculo con la Clase Política, el
respaldo de ambos estarán teñidos por enteras desigualdades de unos pocos sobre
unos muchos. De forma directa o indirecta se acuestan en una misma cama. Cuando desnudan al poderoso
ante el desprotegido. Cuando al fuerte lo señalan ante más débil. Por otra parte, parece haber una misma
evolución de poder en los dos autores. Evolución o transformación en las elites. Aquella fisonomía militar que
después se convertirá en política, por consiguiente, en riqueza y más tarde en una
disposición hereditaria. Con Marx sucede algo similar, pero en él vemos con
claridad los autores. En la Roma antigua
son los patricios, los équites, los plebeyos, los esclavos; en la Edad Media,
los señores feudales, los vasallos, los maestros y los oficiales de los
gremios, los siervos de la gleba. En todos ellos, hubo un caldo económico
que los separó. Impulsándose y disociándose en
Burgueses y Proletariados. Con una fuerza colectiva arrolladora, la
Sociedad se separa. En una Clase dominadora o dirigente y otra dominada o
explotada, cayendo los dos en una suerte de auto-adaptación,
siendo las ideas equivalentes pero abordadas desde perspectivas diferentes.
Lo
siguiente es discutible. Los Medios de Influencia
Social -señalados por Mosca- son
similares o Medios de Producción de Marx. Si bien no pone mucho énfasis en los
Medios de Influencia. El núcleo temático es uno. Veamos por qué. [12]Debemos recordar que, en todos los países
del mundo, los ricos –alude Mosca- siempre adquirirán más fácilmente que los
pobres otros medios de influencia social, como serian la notoriedad, la gran
cultura, los conocimientos especializados. Los Medios de Producción que están bajo la tutela del capitalista, estos
se complementan a Los Medios de Influencia del rico en torno a las jerarquías
buscadas, es decir, entre los dos se ennoblecen.
Utilizando
de nuevo a -ya nuestro amigo- Robert Dahl lo citamos: Las elites políticas operan, pues, con unos límites que son
frecuentemente vagos y ambiguos, aunque a veces sean estrechos y bien definidos
(…) aquí un problema importante que nunca ha sido analizado adecuadamente: es
una hipótesis preliminar razonable con el número de individuos, que ejercen un
control significativo sobre las alternativas programadas, es, en la mayoría de
las organizaciones, un pequeña fracción del total de sus miembros. Sacar
una relación en Mosca es considerable, ya que está reconociendo las elites.
Conclusión
Habiendo transitado el elitismo, el pluralismo y el marxismo. Nos
atrevemos y entendemos que podemos caer en un equívoco, que de aquí
aprehenderemos. Al definir con nuestros propios recursos poder político o el fenómeno del poder: El poder político se acuñará en la Sociedad
Política mostrando sus espadas las fuerzas coercitivas. Pudiendo tener sus
manifestaciones aleatorias, es decir, en una esfera económica, ideológica,
militar hasta teológica, aquí están los sujetos, que provienen de la Sociedad
Civil, persiguen los mandos de controles y una vez alcanzados denotarán su
asimetría con respecto a los otros.
Los documentos que
leímos, parecen ser un golpe (prometedor) a la clase dominadora en Mosca, a los
grupos truncos y autónomos en Dahl y en código marxista, a la burguesía. Pero cabe preguntarse, sin
importar las ópticas que utilicemos: Los
burgueses, los grupos autónomos o clases dominadoras ¿Existieron alguna
vez? ¿Siguen persistiendo? ¿Por qué? ¿Escribimos para abolirlas o para
instruirlas? ¿De dónde en verdad emana el poder?
¿Desde abajo o desde arriba? ¿Debe ser centralizado o descentralizado? ¿Poder
es Poder Político? ¿Poder Político es Poder Económico? ¿Poder Político es Poder
Ideológico? ¿Poder Político es Poder Militar? (pedimos disculpas, por el abuso)
¿Cuál es el papel del Estado? ¿Dónde está la Democracia? Etc. El abotonado
enfoque elitista, las poliarquías utópicas y el carácter gnóstico del
mesianismo en el Manifiesto, todo
esto, nos lo reservaremos para otro trabajo.
“Es con la revolución industrial que aparece la negación de la
naturaleza humana.
Antes, con la revolución
francesa la negación de la dignidad.”
(Samotyl, Robert)
[1] Introducción a
las doctrinas políticas-económicas. Montegro, Walter. Pag 145. Fondo de Cultura
Economica.
[3] Y en este punto le traemos a
Dahl un ayudante. Ernesto Laclau. Es su libro La Razón Populista, entre tantas cosas, podemos encontrar las
siguientes directrices de populismo. Una crítica al funcionamiento del
capitalismo, sin abolirlo. Una amplia alianza de clases y movimientos sociales
que conforman el “pueblo”. Una cierta desconfianza a los partidos políticos
preexistentes. Presencia de líderes fundacionales o con una capacidad de
conducción sobresaliente. Búsqueda de la superación del subdesarrollo económico
y social a través de diversos tipos de intervenciones del Estado.
[4] Por muchas
razones, desconfiamos la postura de Dahl. Dejamos como una cortapisa, la
siguiente reflexión. Democracias de
pobres, democracias pobres, pobres democracias de Waldo Asaldi en Memorias
de un Pueblo.
[5] Manifiesto
Comunista. Engels-Marx (1848) Escuela de Filosofía Universal ARCIS.
Pág. 13. Edición electrónica www.philosophia.cl
[6] Historia de la
Filosofía Política. Leo Strauss. Joseph Cropsey (compiladores). Karl Marx (1818-1883). 759 pág. Edit. Fondo de Cultura.
[7] Queríamos traer
de alusión a Beltolt Brech; “(…) el
capitalismo es un caballero oneroso que no quiere que lo llamen por su nombre”.
La verdad
sobre la Democracia Capitalista. Atilio A. Boron. Socialist Register. 2006.
[8] Nos pareció
menester el siguiente texto clarificador. “Para explicar el alcance del poder
papal debemos remontarnos a los siglos XIV y XV, distinguiendo entonces dos
corrientes ideológicas. La cesarista,
que postulaba la preeminencia del poder civil sobre el religioso, y la teocrática, que consideraba al Papa como
señor universal del mundo, como autoridad suprema tanto en el orden temporal
como en el espiritual. Del Manual de Historia de las Instituciones Argentinas.
Victor Tau Anzoategui. Pág. 53, Edit. Historica Emilio J. Petrot.
[9] El termino Revolución tiene diferentes acepciones
en las Ciencias Sociales pero proviene de la Física; es el cambio de un cuerpo
celeste sobre su eje.
[10] Historia de la
Filosofía Política. Leo Strauss. Joseph Cropsey (compiladores). Karl Marx. Pág 763. Edit. Fondo de Cultura Económica.
[11] La filosofía y el barro de la historia. Marx y el
Manifiesto. Pág. 166. José Pablo Feinmann. Editorial Planeta.
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